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  • Foto del escritorSteven Neira

El "arte" de ofender a los cristianos

Desde la Revolución Liberal, el Ecuador es un país laico, y esto todo progresista lo siente como una gloria personal. Como católico, por un tema de salud para ambas partes, estoy de acuerdo con un Estado laico, pero después de haber comprendido, que no significa “Estado ateo”, y menos aún “anticatólico”, como muchas personas suelen malentenderlo, especialmente para justificar la inmoralidad en el ámbito público o para censurar a la Iglesia cuando manifiesta su postura frente a una decisión política o social. Porque la aspiración de que la Iglesia se encierre en la sacristía y no denuncie lo que atenta contra la dignidad humana, no corresponde a un “Estado laico”, sino a una dictadura ideológica.


Hace poco, la Universidad de las Artes del Ecuador dio espacio y promovió un supuesto “momento artístico”, en donde se podía apreciar a una mujer arrancando las páginas de una Biblia, mientras se las iba metiendo en la boca, una por una. Adicionalmente, también se las colocaba en la boca a los asistentes.

Este tipo de eventos, más allá de tener un pésimo gusto, es la consecuencia de la famosa posverdad. Ya la belleza y el arte han quedado desvinculados de lo bueno y lo verdadero. Ya que nos gloriamos del Estado laico, deberíamos empezar a comprender que esto implica una neutralidad por parte del Estado, respecto a una creencia o corriente ideológica, sin embargo, este tipo de actos lo que demuestran es un prejuicio recalcitrante contra la Iglesia Católica en particular, el cristianismo en general y cualquier otro símbolo que consideramos sagrado, que últimamente puede ser utilizado como objeto de burla.


El asunto es muy sencillo, si el dinero del Estado (siendo ésta una institución pública creada por el Ministerio de Cultura del Ecuador) puede ser utilizado deliberadamente para este tipo de eventos que ofenden al 90% de los ecuatorianos que se declaran cristianos, pues entonces que el Estado también destine un rubro para que nos dé imprimiendo los libros de catequesis. Es que lo del “Estado laico” algunos no terminan de comprenderlo, y lo invocan de las formas más inadecuadas.


Finalmente, el Código Orgánico Integral Penal (COIP) en su art. 177 declara que la persona que cometa delitos de violencia física o psicológica de odio, contra una o más personas en razón de su etnia, lugar de nacimiento, religión, etc., incurre en un delito de odio. ¿Es acaso que las leyes y el rechazo social sólo son aplicables cuando una minoría manifiesta un malestar? ¿El 90% de los ecuatorianos que nos sentimos ofendidos por la forma grotesca en que esta mujer arranca las páginas de la Palabra de Dios (como así lo consideramos quienes nos declaramos cristianos) para comérselas, debemos de tolerar acaso, lo que la Universidad de las Artes considera artístico? Este tipo de instituciones tienen como vacas sagradas a la comunidad LGBTI+ y otras minorías que seguramente no “tolerarían” sean burladas y mofadas como acostumbran a hacerlo sistemáticamente contra la Iglesia y el cristianismo.


Lo suyo no es arte sino un culto a lo feo, que expresa la ignorancia más vil a través de actos grotescos. Como católico, exijo una disculpa pública a esta institución a la que aporto con mis impuestos.

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