top of page
Foto del escritorSteven Neira

Análisis de la AEA y las enseñanzas de la Iglesia

En función de la grave confusión que ha generado la Asociación Escuela de Auto-Realización (AEA), una organización que pretende armonizar las prácticas y doctrinas de religiones orientales con el cristianismo, y debido a una imprudencia más grave aún de parte de ciertos sectores del clero, que parecen favorecer o dar su beneplácito a ciertas prácticas o doctrinas que están totalmente alejadas del cristianismo, presento el siguiente artículo un poco extenso, con el fin de aclarar lo cuestionable y lo que es abiertamente contrario a la enseñanza de la Iglesia de Jesucristo.


Si bien la mencionada asociación goza de la aprobación eclesiástica desde 1984, muchas de sus prácticas distan de ser católicas, por lo que, ha ocasionado en muchos fieles la incursión en prácticas paganas que hunden sus raíces en una visión antropológica completamente distinta a la que el cristianismo propone.


El presente análisis respecto a la AEA, se ha hecho basado en la abundante literatura que ofrece el Magisterio relacionado a la meditación cristiana, la relación del cristianismo con otras doctrinas no cristianas y más específicamente con las religiones orientales. Cabe recalcar que el presente artículo se ha hecho basado en la información que muestra la AEA en su portal web, es decir, el detalle de los contenidos de la formación espiritual y teórica, así como también la experiencia que se vive en los distintos Centros de la AEA, no forman parte de este análisis.


PUNTOS CUESTIONABLES

a) Sobre los cursos y talleres de la AEA

Los cursos, talleres, conferencias y encuentros de formación espiritual, así como los “siete niveles de yoga y cristianismo”, se presentan como un sistema de enseñanza grupal teórico-práctica, basados en la búsqueda espiritual y experiencia personal del P. César Dávila (fundador). En estos servicios, no figura en ningún momento el Magisterio de la Iglesia ni la vivencia de los Sacramentos, sino que se hace uso de un lenguaje genérico e impreciso con respecto a los objetivos. V.g. “sus contenidos introducen en la Meditación y ahondan en la sabiduría de los grandes iniciados, enlazando a las distintas religiones con los principios de la ciencia y la filosofía, dando respuestas a las grandes interrogantes de la existencia humana y su relación con el mundo trascendente”. Con respecto a esto, es importante tener como criterio los lineamientos de la Congregación para la Doctrina de la Fe: “Estas propuestas u otras análogas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser continuamente examinadas con un cuidadoso discernimiento de contenidos y de métodos, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo”[1]


Luego, el portal en su apartado de “Meditación y Yoga”[2] señala que en la obra del P. César Dávila, se cumple a plenitud el mandato de la Declaración Nostra Aetate, y seguidamente citan una parte del numeral, omitiendo la exhortación a la prudencia y al testimonio de fe y de vida cristiana ante las otras religiones, dichas en el mismo numeral, siendo el mandato completo el siguiente: “Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y la colaboración con los adeptos de otras religiones, dando el testimonio de la fe y la vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen”[3], por lo que se considera que la cita ha sido sacada de contexto, y por tanto, difícilmente podrá cumplirse a plenitud.


b) Sobre la experiencia personal del Fundador

No se pretende poner en duda la riqueza y las gracias que Dios haya podido conceder al P. César en su camino espiritual, sin embargo, con respecto a las técnicas y métodos que ofrece desde su experiencia personal para ser asumidas por quienes asisten a estos Centros, cabe analizar el criterio que da la Carta a los obispos antes citada: “(…) los mismos maestros orientales han constatado también que no todos son igualmente idóneos para hacer uso de este simbolismo, porque no todas las personas están en condiciones de pasar del signo material a la realidad espiritual que se busca. El simbolismo, comprendido en modo inadecuado e incorrecto, puede incluso convertirse en un ídolo y, como consecuencia, en un impedimento para la elevación del espíritu a Dios. Vivir en el ámbito de la oración toda la realidad del propio cuerpo como símbolo es todavía más difícil: puede degenerar en un culto al mismo y hacer que se identifiquen subrepticiamente todas sus sensaciones con experiencias espirituales”[4].


c) Sobre las fechas conmemorativas de la AEA

La AEA conmemora personajes de la religión hindú cuyas enseñanzas son completa y abiertamente contrarias al cristianismo. Es el caso de Mahasamadhi Paramahansa Yogananda, la cual expresa lo siguiente respecto a la Self-Realization Fellowship (en la cual se formó el P. César Dávila): “Aquellos que han venido a Self-Realization Fellowship buscando sinceramente ayuda espiritual, la recibirán de Dios. Bien sea que vengan ahora, mientras todavía estoy en este cuerpo, o después, cuando ya lo haya abandonado, el poder de Dios fluirá igualmente hacia los devotos, a través de la sucesión de Gurús de SRF, y será la causa de su salvación. […]”[5]. Estos personajes están mezclados en sus fechas conmemorativas con la Festividad de la Virgen María y de San Francisco de Asís. Cuestiones por demás, que indican una clara contaminación de la fe cristiana. Siendo que, el logo de la AEA es el de Self-Realization Fellowship, diferenciado tan sólo por una cruz adherida en el centro.


d) Sobre el aspecto devocional (Bhakti)

En el apartado de “Yoga Integral” la AEA ofrece una enseñanza centrada en el aspecto devocional (Bhakti). En el contexto del hinduismo – que es propiamente en donde nace esta práctica – la bhakti hace referencia a una adhesión y devoción de un fiel a una divinidad o incluso, a veces, a un personaje humano, como un gurú, por ejemplo. Sin embargo, las manifestaciones divinas objeto de la bhakti, conciernen originalmente a las dos grandes divinidades del hinduismo: Shiva y Visnú[6]. Se asume que esta práctica ha de canalizarse al Dios de la revelación cristiana (aunque no lo especifican), sin embargo, al ser esta una práctica desligada de la tradición de la Iglesia, incluso de la Iglesia Oriental, podría ser fuente de grandes confusiones, sobre todo al momento de tener una idea clara con respecto a la oración cristiana auténtica.


PUNTOS CONTRARIOS A LA FE CRISTIANA

a) Sobre el Hatha Yoga

El hatha yoga o “yoga del esfuerzo”, es una forma de yoga que acentúa la importancia del esfuerzo físico junto con la voluntad de dominar el cuerpo para obtener efectos considerados como sobrenaturales. Sin embargo, la enseñanza de los Padres y la revelación de Jesucristo que es única y definitiva[7]nos enseña que cualquier experiencia de oración auténtica es pura gracia. Es decir, para aproximarse al misterio de la unión con Dios que los Padres griegos llamaban divinización del hombre, es preciso tener en cuenta siempre, que el hombre es esencialmente criatura[8], y que por tanto, “(…) su modo de acercarse a Dios no se fundamenta en una técnica, en el sentido estricto de la palabra, porque esto iría en contra de la infancia espiritual que predica el Evangelio. La auténtica mística cristiana nada tiene que ver con la técnica”[9]. Es decir, es siempre un don de Dios, del cual se siente indigno quien lo recibe[10].


b) Sobre el karma

El término aparece en el contexto de la enseñanza de un “servicio desinteresado” dentro del apartado de “Yoga Integral” en el portal web. Sin embargo, a groso modo comprenderá siempre un elemento clave del conjunto de actividades éticas y religiosas de la India, del Tíbet y del sudeste asiático en sus formas clásicas. Aunque el karma en el budismo, no anula la libertad de la persona ni pretende concebir una predestinación o una necesidad a la que habría que someterse fatalmente, sí lo comprende como una ley de la maduración de los actos, que deberán dar su fruto, tarde o temprano, en razón de un encadenamiento casi físico de causa y efecto, sin que exista en ningún momento alguna noción de recompensa o castigo en un sentido moral, cuestión que por demás ignora o difumina la importancia del obrar humano con carácter de finalidad y la participación activa de la Providencia a través de las causas segundas.


c) Las enseñanzas que asimiló el P. César Dávila y ofrece la AEA[11]

Ramakrishna (1836-1886)

Las enseñanzas de Ramakrishna (místico hindú que practicó partes del islam y del cristianismo con el fin de obtener una realización espiritual) forman parte del bagaje espiritual y enseñanzas del P. César y por tanto de la formación que ofrece la AEA. Éstas son abiertamente sincretistas y aseguran un igualitarismo religioso, en donde las divinidades son manifestaciones del Supremo y por tanto, se concluye que todas las religiones son buenas – y en la misma medida – para llegar hasta Dios.


Vivekananda (1863-1902)

Discípulo hindú de Ramakrishna (antes mencionado). Fundó una orden monástica de swamis, agrupados en monasterios, según el modelo de las órdenes religiosas cristianas, que consiste en difundir las doctrinas de Ramakrishna. Para Vivekananda, al igual que para su maestro, todas las religiones son verdaderas y buenas. Su doctrina comprende un Dios impersonal que se pone de manifiesto en el mundo entero y en todos los hombres y en todas las encarnaciones, completamente incompatible con el Dios cristiano revelado por Jesucristo. Es posible que el P. César se haya tomado la labor de discernir estas doctrinas para quedarse con lo bueno, sin embargo, como se ha señalado anteriormente, esta actitud particular difícilmente se dará en el universal.


d) El Kriya Yoga

Esta se presenta como una técnica avanzada que ofrece la AEA tan sólo para los devotos que han pasado por un período probado de fidelidad a su meditación diaria, además del conocimiento profundo del Yoga. Esta técnica la aprendió el P. César con los monjes de Self Realization Felowship, una orden (no cristiana) fundada en Estados Unidos. Esta técnica es absolutamente contraria a la doctrina cristiana. Tal como lo presenta la AEA, esta técnica ayuda al estudiante a alcanzar estados elevados de Conciencia Divina. No sustituye la meditación, sino que ayuda a profundizar en ella mediante un procedimiento que actúa en la energía y la conciencia, aportando paz y bienaventuranza[12].


Lo anteriormente citado de manera textual, busca inducir a la persona en un estado de conciencia a través de prácticas específicas aportando una paz y bienaventuranza adquiridas con el propio esfuerzo y que en nada es comparable con la verdadera paz y bienaventuranza que viene de Dios como don a través de la gracia, y que principalmente se vive en los sacramentos, sobre todo en el de la Eucaristía, verdadera fuente y culmen de la vida cristiana.

e) Un Dios indeterminado

Son vastas las alusiones a un Dios indeterminado, lo cual adopta un grave riesgo de perder de vista el hecho de que en la realidad cristiana se cumplen, “(…) por encima de cualquier medida, todas las aspiraciones presentes en las oraciones de las otras religiones, sin que, como consecuencia, el yo personal y su condición de criatura se anulen y desaparezcan en el mar del Absoluto”[13]. Sobre esto, san Juan Pablo II mostrando a toda la Iglesia el ejemplo y la doctrina de santa Teresa de Jesús, que en su tiempo debió rechazar la tentación de ciertos métodos que invitaban a prescindir de la Humanidad de Cristo en favor de un vago sumergirse en el abismo de la divinidad, el papa decía en una homilía el 1 de noviembre de 1982: “vale también en nuestros días contra algunas técnicas de oración que no se inspiran en el Evangelio y que prácticamente tienden a prescindir de Cristo, en favor de un vacío mental que dentro del cristianismo no tiene sentido. Toda técnica de oración es válida en cuanto se inspira en Cristo y conduce a Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida”[14]


f) Hay un claro sincretismo religioso

La postura sincretista no es compatible con la revelación cristiana. En todas las doctrinas que se consideran fundamento de la formación de la AEA y del P. César Dávila, es difícil siquiera percibir dónde empieza el cristianismo y dónde termina el hinduismo. Estas enseñanzas, a la luz de la actual dictadura del relativismo y de las verdades a medias, podrían ser una ocasión grave de apostasía o al menos de desviación de la fe cristiana, en donde la persona podría vivir desvinculada de la vida eclesial y por tanto de los sacramentos, y a la vez convencerse de una pseudo vida cristiana, que está completamente desligada del Magisterio. Sería ilusorio creer que estas doctrinas comportarían un ambiente idóneo para la formación en la fe católica, razón por la cual, el patrocinio de la Iglesia local o la aceptación implícita de las enseñanzas de la AEA por parte de las autoridades eclesiásticas, generaría gran confusión en los fieles.



 

[1] 15 de octubre de 1989, Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 12.


[2] http://aea-yoga.org/node/52


[3] Decl. Nostra Aetate, 2. (El texto en negrita corresponde a la parte que ha sido omitida)


[4] RATZINGER, J. Sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 27.


[5] Sitio web oficial: http://www.yogananda-srf.org


[6] Cfr. POUPARD, “Bhakti” en Diccionario de las Religiones, Editorial Herder, 1987, p. 186.


[7] Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 66-67.


[8] Cfr. Const. Past. Gaudium et Spes, n. 19.


[9] RATZINGER, J. Sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 23.


[10] Cfr. SANTA TERESA DE JESÚS, Castillo interior IV, 1, 2.


[11] La mención a Mahatma Gandhi, Ramakrishna y Vivekananda como enseñanzas asimiladas por el P. César Dávila, consta en el apartado de “Línea Crística de maestros orientales” del portal web de la AEA (Cfr. http://aea-yoga.org/node/52)


[12] Ibíd.


[13] RATZINGER, J. Sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, 15.


[14] JUAN PABLO II, Homelia Abulae habita in honorem Sanctae Teresiae, AAS 75 (1983), 256-257.

476 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page